De mal a un poco mejor...

Caminé unas trece cuadras con la mochila a cuesta, bajo la lluvia, hasta el único hostel que conseguí. Me atendió Mercedes, re piola y el hostel está muy bien puesto en pleno centro. Tiene una ventana que da a las calles principales y a un edificio viejo que me recordó mucho a mi ciudad natal (Bahía Blanca). Pero la verdad, que el hostel es muy recomendable para personas que han superado unas cinco décadas. Al menos, esa fue la onda que me tocó en suerte, porque había personas de un coro y rondaban esa edad y todo bien con ellas, pero tenían una líder controladora y mala onda que no pude aflojar de ninguna manera. Mala suerte.
Les dejo una foto del gato.
Ignoro qué nombre tenía o si desaparecía como el gato de Cheshire.

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