Animales sueltos

Imagen lograda desde mi cámara de rollito
Una de las cosas que me gusta con uno de los grupos con los que suelo viajar, es el avistamiento y persecución de animales. Por un lado, vas conociendo especies y sus nombres locales, y por otro, te ejercitás para perseguir o huir, depende del bicho. Porque hay animales que son más bien tranquilos y hasta parecen buscar que le saques la foto, pero hay otros que te persiguen porque les malograste la mañana y en la huída, perdés cosas como la calma y calorías y a veces otras como billeteras o celulares.
Y acá viene mi anécdota. El celular que perdí persiguiendo a un oso hormiguero.
Lo vimos desde la ruta. Bueno, Marcelo lo vio y nos dijo que esa manchita marrón era un oso hormiguero. Teníamos un catálogo de animales que queríamos ver, así que no nos pareció mala idea saltar el alambrado del campo y perseguirlo. Yo todavía andaba con cámara de rollo, las que no tienen zoom, así que metí el celular en el bolsillo para poder filmarlo y tomarle las fotografías que quiera, dejando atrás la cámara. Marchamos en fila india y cuando estuvimos más cerca, empezamos a correr para acortar más distancia. Ni hablar de que esos bichos son rápidos y en cuanto fuimos tan evidentes, se metió entre los otros alambrados que marcaban el límite del campo y se perdió definitivamente entre unos matorrales. Enrique, fotógrafo más experimentado del grupo, consiguió unas tomas excelentes y todos volvimos a la camioneta para ver al oso en su cámara.
Este es una mamá con el hijito.  Los cruzamos a los dos días
Entonces me di cuenta de que había perdido mi celular. Nancy me prestó el suyo para que hiciera sonar el mío y con Víctor caminamos todo el campo nuevamente por si lo veíamos. Pero nunca sonó. En portugués me pedían que ingresara no sé qué cosa y todo intento de llamarme fue inútil. Me resigné a haberlo perdido y volvimos a la Isla del Padre, a gastar nuestras energías colgándonos de una liana y tirándonos al agua.
Tres semanas después, se ve que el oso aprendió el código y me mandó algunas fotos, que comparto. Ironías del destino, en la misma semana cruzamos tres osos más que no tuvimos ninguna necesidad de perseguir.
Artesanía comprada en Bodoquena, hecha por la comunidad jerena, pintada a mano.

1 comentarios:

Fabita dijo...

Estaba leyendo una "Muy..." y me enteré que estos animales han desaparecido de áreas protegidas de la Argentina. Una de las causas son los autos que los atropellan en las rutas. Y es verdad. Cuando estuvimos en Mato Grosso, vimos dos osos hormigueros al costado del camino, en diferentes lugares, que habían sido embestidos por automóviles. Eso que son grandes y fáciles de ver...